«El club de los libros prohibidos»: un recordatorio de por qué es necesario el activismo

 
 

En mi casa nunca ha habido mucho activismo. Tal vez porque vengo de una familia donde la máxima premisa era “no meterse en líos”. Por eso, para mí la universidad era simplemente una etapa previa a “la vida de verdad”, esa que consistía en hacer lo que todo el mundo esperaba de mí. Jeje, quién hubiera imaginado cómo acabaría la cosa.

Cada una tenemos una imagen de lo que será la universidad. En mi caso, el activismo fue muy ajeno a mí. También eso es lo que pensaba Hyun-sook, la protagonista de «El club de los libros prohibidos» cuando entra en la universidad. Una chica buena, alguien que no quería meterse en líos, que solo quiere estudiar tranquila en la universidad y leer esos libros con los que siempre ha soñado.

Pero el club de lectura al que se une no corresponde a su imagen romántica de charlas sobre Moby Dick, sino un puñado de estudiantes que debaten sobre libros que están censurados. Porque ni en sus sueños se imaginaba que habría libros que no podría leer. Ya sea por su autoría, por su género o tema. Le había tocado vivir un régimen de represión silenciada, en el que compañeros suyos desaparecían durante días y volvían con cardenales. Y es entonces cuando despierta, cuando ve que esas injusticias no eran tan ajenas a su propia vida.

Y su vida deja de ser tranquila.

Esta novela gráfica, escrita por Kim Hyun-sook mezcla muchas de las experiencias que vivió ella y sus conocidos durante su época universitaria. El miedo, el terror, la duda y la sospecha que formaban parte de su cotidianeidad culminan en el hartazgo por un sistema represor y aceptado por la sociedad. Y decide actuar.

Ficha técnica:

El club de los libros prohibidos, de
Kim Hyun-sook

Traducido por Julia Osuna
Editado por Sapristi

Os recomiendo encarecidamente este libro, amigas, sobre todo si crees que el activismo no es necesario. Si ya lo sabías, esta obra reafirmará tus ideas. En mi caso, ese despertar vino después. Porque a veces, el mero hecho de estar en un lugar y de ocupar espacio, ya es un logro. Y eso no te lo quita nadie.

 
 
 
 
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