«Soy toda oídos», de Kim Hye-jin: la importancia de las palabras

Reseña de Soy toda oídos, la segunda novela de Kim Hye-jin traducida al español.

Un gato callejero une a una niña que sufre acoso escolar y a una terapeuta que se esconde en la oscuridad tras su caída a los infiernos. Si tuviera que resumir el libro en pocas palabras, diría que habla de la importancia de la comunicación.

Pero no en el sentido de hacerse escuchar o alzar la voz, sino en la doble direccionalidad que implica que dos personas se comuniquen. Habla de la relevancia de lo que no se pronuncia, de los silencios, y de lo que callamos. Porque no siempre una imagen vale más que mil palabras. En ocasiones, el silencio vale más que diez mil.

La terapeuta Haesu Im vive día tras día, noche tras noche, ocultándose de los ojos y las bocas ajenas. Tras unos comentarios desafortunados —o tal vez equivocados— en televisión, vive en sus propias carnes lo afiladas que llegan a ser las palabras, y las consecuencias de hablar sin pensar.

Pasa sus horas escribiendo cartas, leyendo y releyendo lo que ha escrito a lo largo del día. Tachando, buscando sentido, y tirando a la basura esas palabras por no expresar lo que de verdad tiene dentro. Pero, ¿acaso sabe lo que quiere expresar? ¿Tienen sentido las palabras sin una dirección, sin un objetivo?

En uno de sus paseos nocturnos y tras ver a los gatos callejeros, toma la decisión de salvar a uno de ellos. Es así como conoce a Sei, una niña con una historia complicada tanto en casa como en el colegio. Ambas se refugian en ese gato esquivo y huraño, que empeora de aspecto con cada día que pasa, y que con ello activa una cuenta atrás en sus vidas.

La niña y la mujer tienen opciones: callar, alzar la voz, defenderse, contraatacar. La cuestión es ¿qué buscan con cada una de las opciones? ¿Se puede tener todo? ¿Es posible ganar si ya lo has perdido todo?

Solo con un libro («Sobre mi hija»), Kim Hye-jin se convirtió en una de mis autoras surcoreanas preferidas. Me enamoró especialmente su manera de narrar, de poner el foco en los pequeños detalles y en la introspección de sus personajes. (Sigue en comentarios)

Vista la impresión que me causó el primer libro traducido, era normal que me esperara cierto nivel de Soy toda oídos. Y no me defraudó: me llevé una grata sorpresa. No tanto por la forma de narrar, sino por cómo aborda el complicado mundo interior que bulle dentro de las protagonistas.

Delinea y describe un rico universo de emociones, retratando las contradicciones del ser humano, que siempre oye, pero pocas veces escucha.

El libro sitúa a la lectora en una acción que ya ha comenzado, y nuestro trabajo a través de las páginas es el de componer la historia, que va deslizándose como agua en un laberinto: alcanza todos los recovecos despacio, fluida y suavemente.

Nos hace pensar en los errores que cometemos, en las opciones que tenemos por delante y la humanidad con la que afrontamos cada una de las decisiones que tomamos a lo largo de la vida.

Ficha técnica

Soy toda oídos, de Kim Hye-jin

Traducido del coreano por Irma ZyanyaGil Yañez y Minjeong Jeong
📗 las afueras (2024)

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