«El camino de regreso a casa»: sobre la fragilidad de lo perfecto

Un libro que destaca entre toda la literatura japonesa que se edita hoy en día

¿Te has parado a pensar de qué están formados aquellos hilos invisibles que unen y componen una familia?


No me refiero a los lazos de sangre, sino a aquellas pequeñas tradiciones, ya sean actos u objetos que solo con su presencia hacen que tu familia sea tu familia. Puede ser un plato clásico de tu madre, el tono de voz de tu abuelo al dar las buenas noches, o la apatía de tu hermana a cualquier comentario que salga de tu boca. Esos actos que, aunque minúsculos, están cargados de una personalidad que envuelve tu vida para hacerte saber que sin ello, tu realidad no será igual.

El camino de vuelta a casa no es un libro de confort. No es un feelgood o literatura cozy, que la cubierta no te haga pensar eso. Es la historia de una familia, que con una narración que se balancea entre lo cómico y lo agridulce, nos enseña cómo la felicidad de lo cotidiano es tan frágil como el agarre de los pétalos de cerezo al tallo del que nacen.

Kaoru es quien nos guía por este recorrido familiar. Con la excusa de volver a ver a su perra Sakura, el chico de veintidós vuelve al que fue su hogar, un lugar que en sus recuerdos fue luminoso y habitado por una familia perfecta.

El recibimiento de una Sakura ya anciana hace que se de cuenta del inevitable paso del tiempo: su madre, que una vez fue dueña de una belleza admirable, ahora traga sus penas con alcohol y comida. Su hermana Miki, tan violenta como cautivadora encuentra en la lluvia la paz que calma su soledad. Y su padre, que avisa de su regreso mediante una carta garabateada en un panfleto de supermercado.

Ninguno es un personaje querible, porque ante todo, son muy humanos. El protagonista mantiene una actitud descuidada, como si nada le importara en este mundo. Con toda la naturalidad te cuenta cómo siente la necesidad de devolver el contenido de su estómago o lo poco que le importa su novia actual. O igual te suelta un comentario algo cuestionable.

Esa personalidad no es el punto central: Kaoru es así y punto. ¿Es posible que sea por su familia? En cierto punto, el protagonista nos dice: «Creo que los hijos de un matrimonio que se quiere (...) tiene un carácter más adulto que los hijos de otras familias». Cierto o no, los hijos Hasegawa tienen una luz propia. Al menos dos de ellos.

Desde su primer recuerdo hasta el día en el que vuelve a ver a Sakura, vemos cómo los diferentes hermanos crecen, desarrollan su personalidad, pero también sus obsesiones. A través de párrafos ricos en detalles que mantienen una esencia claramente asiática, somos testigos de sus primeras relaciones, su bautismo en escarceos amorosos y las decepciones que les va lanzando la vida a cada uno de ellos.

Era una voz angustiada, como la de una flor que intenta resplandecer mientras ve cómo se le desprenden los pétalos, cargada de la tristeza de los últimos truenos del verano, una voz que rogaba enloquecida.

Y de fondo, la maravillosa Sakura. Su presencia es una constante en sus vidas, y en el libro. Su pelaje, su vivacidad y sus frases, siempre traducidas por el protagonista, aligeran la carga emocional y la sombra del drama que acecha.

Es un libro ambicioso, que roza temas como la salud mental, la pérdida, las ausencias y presencias, y la fragilidad de lo que creemos perfecto. Se echa en falta un abordaje más profundo, sobre todo en ciertos temas como la discapacidad o la homosexualidad. Sin embargo, visto lo que se ha editado este año —literatura asiática más cozy— es casi obligatorio darle una oportunidad.

No quería terminar sin hacer una mención especial a la traducción de Daniel Aguilar, puesto que gracias a su trabajo —y a las notas justas— captamos el estilo de la autora, muchísimo más centrada en detalles de lo normal, como si hubiéramos hecho un zoom x100.

De igual modo destacar que a esta acertada traducción le hubiera hecho falta una corrección más exhausta para evitar un par de erratas que saltaron por ahí.

*Esta reseña ha sido posible gracias al envío del ejemplar por parte de la editorial*


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Ficha técnica

El camino de regreso a casa, de Kanako Nishi

Traducido por Daniel Aguilar.
📗 Plata Editores (2024)

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