«El último hombre blanco»: por esto tienes que leerlo

Reseñas

27 jun.

No sé con qué objetivo leéis vosotras, pero para mí, es algo más que un mero entretenimiento. No hay nada de malo en leer por entretenimiento, claro, pero yo necesito que me aporte algo. No diré que «leo para vivir mil vidas», como si de coleccionismo se tratara: no leo para sentirme afortunada por ciertos privilegios, decir «qué dura es la vida de X», y luego seguir con mi vida.

Así que hablemos de «El último hombre blanco», y de por qué debería leerse: hay que leerlo porque te pone en una situación. En una situación incómoda.

Anders se despierta una mañana y se da cuenta de que ya no es blanco. Su color es de un tono marrón, mucho más oscuro que el suyo habitual. Y empieza a oír casos por toda la ciudad de gente a la que le pasa lo mismo.

Entonces empieza a vivir una vida distinta: una llena de miradas de desconfianza, de miedo, de asco. La agresividad se hace más latente en la ciudad: la gente ha perdido sus privilegios y la diferencia se hace mas evidente: «los nuestros», contra «los de esa clase».

Desde mi perspectiva también me siento incómoda: ¿acaso sufriría tanto la gente por transformarse en alguien no blanco? ¿Es para tanto? Me doy cuenta de que yo he crecido con esas diferencias y las tengo asumidas desde siempre. Aquellas en las que soy a la primera que miran si suena la alarma de una tienda, o en una prueba de trabajo soy a la única a la que piden una prueba de ortografía y me preguntan si de verdad seré capaz de escribir bien.

Espero que quien lea este libro lo termine con un sentimiento de autocrítica y piense en cómo está tratando a la gente racializada de su entorno. Que no se quede en una anécdota, en un «pobrecitos, lo mal que lo pasan», o «qué horrible el racismo».

Que aquellas personas que tengan privilegios los usen con el fin de visibilizar, de que se den cuenta de si están robando historias que podrían contar aquellas que lo viven de verdad, sin exotizar, y sin perpetuar estereotipos.

Esta no es una lectura que se haga por mero entretenimiento. Es un repaso a los privilegios que se tienen y que se han conseguido en la lotería de nacer en un lugar concreto, en un cuerpo concreto, con una familia en concreto.