«La papelería Tsubaki»: una escritora profesional de cartas en una ciudad costera

Ito Ogawa era una autora descatalogada y ha vuelto en el momento idóneo

Para aquellas personas a las que les interesa la literatura más afable, este libro tiene una premisa muy atractiva: cultura japonesa + ciudad costera + papelería.

Y sí, me incluyo entre esas personas que adoran la literatura cozy. Por tanto, un libro con un título tan sencillo como La papelería Tsubaki ya llama la atención de por sí.

Si hemos leído este tipo de literatura, ya sabremos distinguir algunas de las características, tanto en estructura como en trama: una mujer con cierto pasado, que se cruza con un negocio en torno al cual gira todo el libro. En su camino encontrará varias personas, cada una con una historia que contar y una moraleja que extraer. Bien, La papelería Tsubaki no es una excepción.

Incluso si se trata de una sencilla postal, basta con que la hayan escrito a mano para que preserve las emociones del remitente y los minutos que le ha dedicado.

Sí lo es, tal vez, el emplazamiento: ambientado en la ciudad costera de Kamakura, mi ingenuidad y falta de información hicieron que buscara la ubicación exacta de esta papelería en Google Maps. No es de extrañar que no exista tal papelería, pero lo interesante es que en su lugar hay un negocio con el mismo nombre, que, en lugar de dedicarse a la venta de material escolar, vende productos de mercería.

También diferente —y a su vez, parecida— es la estructura. Habitualmente nos encontramos obras divididas en capítulos dedicados a cada uno de los personajes. Pero este está dividido en estaciones, algo muy característico de la literatura japonesa. Las estaciones nos sirven como una forma de medir el tiempo cuyo reloj tiene forma de árbol. Tal vez un magnolio, un cerezo… No hay capítulo o parte del libro en el que no se mencione el estado de dicho árbol.

Estos libros te dejan muy buen sabor de boca. Seguramente sea por su parecido a los coming of age, o al camino que empiezan esas mujeres veinteañeras o treintañeras un poco perdidas en sus vidas. Situaciones con las que son muy fáciles empatizar o sentirse identificada, un poco como ocurre con el fenómeno de Come, reza, ama. Pero sin grandes viajes a otro continente.

Sí que hay viajes internos hacia la autoaceptación, y la necesidad de enfrentarse al pasado para cerrar puertas. ¿Y la papelería? Bueno, en realidad es un poco inexacto el título porque la trama central de este libro gira en torno a una profesión que no tiene nombre en castellano: ¿Escritora profesional de cartas?

Del mismo modo que por todo el país se organizan ceremonias para dedicarles un último adiós a las agujas y a las muñecas, nosotras despedíamos las cartas —y el poder que revestían sus palabras— en nombre de sus dueños.

Esto nos lleva al Japón actual que todavía se aferra a ciertas costumbres que ya romantizamos: una mujer que vende productos de papelería, pero cuya misión principal es escribir cartas por encargo. Ya sea para dar la enhorabuena por un nacimiento, o para dar el pésame; una carta de agradecimiento o una nota informativa de un divorcio.

No sé hasta qué punto se implicaría una persona para lograr encontrar las palabras concretas, pero al igual que pasaba con La biblioteca de los nuevos comienzos, donde la bibliotecaria tenía el libro perfecto para tu situación vital, aquí la dueña de la papelería Tsubaki tiene las palabras precisas para transmitir tus sentimientos.

¿A quién recomendaría este libro? A alguien que ya ha leído literatura japonesa y se interesa por la cultura:

Porque vamos a leer sobre protocolos tradicionales.

Visitas a templos.

Caligrafía japonesa.

Y algunas costumbres que nos pueden parecer muy lógicas pero en algunos ámbitos es más que lógico: es obligatorio.

Aunque la primera parte es muy cotidiana —y tal vez no veamos hacia dónde va la novela—, poco a poco vemos el contexto de detrás: la relación de la dependienta con su predecesora, esos asuntos de familia pendientes…

Se echa en falta un mayor desarrollo en las partes más personales, sobre todo en lo que se refiere a la familia de la dependienta, pero no deja de ser un libro cómodo y confortable. Volviendo al tema de la localización, me ha sorprendido que algunos lugares sí que existen en la realidad, y podemos ubicarlos en el mapa que incluyen en el inicio del libro. (¡Con lo que a mí me gustan los mapas en los libros!).

Comienza en un verano calurosa y termina con una exuberante primavera. A medida que pasan las estaciones, somos conscientes de la naturaleza que rodea la papelería, la vida de la gente, y todos esos elementos naturales significativos en la cultura japonesa.

Recomendable si…

→ Te gusta la literatura cozy
Quieres descubrir este tipo de literatura.


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Ficha técnica

La papelería Tsubaki, de Ito Ogawa

Traducido por Maite Madinabeitia
📗 Navona (2024)

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